Desde la Asociación Puente Vida, actualmente se da respuesta a personas que vienen de dos realidades concretas, cada uno con su situación particular. Por un lado, residen personas inmigrantes en situación irregular que provienen de una situación previa de sinhogarismo o que han agotado otros recursos sociales. Por otro lado, se recibe a jóvenes extutelados provenientes del sistema de Protección a la Infancia de la Junta de Castilla y León que, al cumplir la mayoría de edad, han quedado sin respaldo social, familiar ni institucional.

Socialmente, es necesario invertir en estos colectivos para dotarles de autonomía, fomentar su integración social, la inserción laboral y que puedan disfrutar de una vida digna sin necesidad de depender de las ayudas, la caridad o la institucionalización de manera prolongada.

Desde la Asociación Puente Vida buscamos alejarnos de actitudes paternalistas donde el asistencialismo sea la tónica principal de funcionamiento. Pretendemos, por tanto, que el proyecto global y los itinerarios individualizados para cada uno de los residentes supongan el trampolín necesario y adecuado para la vida independiente.

Por todo esto, se realiza un abordaje integral, que afiance el equilibrio entre las dimensiones de la vida de las personas beneficiarias para una experiencia de éxito una vez finalizado el programa e iniciada la vida independiente y autónoma. Deben estar cubiertas las necesidades en todos los ámbitos, para garantizar el engranaje de los elementos de manera que, al producirse la baja en el recurso de acogida, haya un sostén económico, emocional, personal y social que permita enfrentar las adversidades futuras.